miércoles, 19 de octubre de 2016

LAS CÁRCELES CLANDESTINAS

Este es un testimonio de 456 páginas y de 43 capítulos y un epilogo.  El libro circula en la clandestinidad antes de ser publicado por la UCA en 1992.  La circulación clandestina ayuda a entender la función del libro como una reflexión sobre el encarcelamiento, la colaboración y el secuestro de Poma.  Todavía están en un momento de guerra y revolución y es una reflexión crítica cuya meta es didáctica para que sus compañeros aprendan de lo que le sucedió en la cárcel.

La primera parte de testimonio narra la captura de Ana Guadalupe Martínez y luego describe el tiempo en las cárceles clandestinas de la Policía Nacional de San Salvador.  Las primeras cien páginas se dedican a describir el ambiente de inseguridad y las condiciones miserables de los militantes en las cárceles clandestinas.  El tono a lo largo del libro es militante, no pierde la esperanza en la vía armada, incluso diría que su experiencia fortalece su compromiso con la vía armada.  Dice, por ejemplo, que entiende la necesidad de armarse cuando la secuestran y se siente incapaz de protegerse (27).  Algo que me sorprende es que cae por la traición y colaboración de uno de sus compañeros; la entrega Juan José Yánez (Valle).  Esta tensión del asunto de la colaboración está presente a lo largo del libro.

En la primera parte, Ana Guadalupe se preocupa por las técnicas que tienen la policía nacional para obtener información porque se da cuenta de que saben información muy detallada del ERP y toda esta información tienen que haberla sacado de militantes torturados.  Describe por lo menos una sesión de tortura eléctrica que le dan, pero también describe medicamentos que deprimen la corteza cerebral que dan para que la gente colabore como, por ejemplo, el pentotal y el suero de la verdad (46).  Más adelante cuenta que el suero de la verdad es sumamente dañino y describe un hombre desgastado por cinco administraciones del suero.  La violación y el acoso sexual son otras formas de tortura que describe y dice que esto es una amenaza constante para las mujeres encarceladas.  Describe por lo menos una violación.  En las sesiones de interrogación les preguntan información acerca de la organización del grupo y también sobre los secuestros de gente de la oligarquía.  Preguntan por ejemplo si Ana Guadalupe participa en el secuestro de Escobar Vides (62).  El capítulo cinco se enfoca en las salidas y en la incertidumbre de no saber a dónde la llevan.  Era parte de la tortura psíquica para ablandar y hacer que colaboraran.  Algo interesante que noto es que hay algo performático de la tortura y del encarcelamiento.  Por ejemplo, Castillo siempre se hace el bueno y la llevan cuando él no está a otro lugar para que la torturen.  Luego, el dice que no autorizó la tortura(116)  Otras de las guardias le dicen que la llevan a ciertos lugares o la asustan pero todo es parte del drama.  Muchas veces no pasa a más.  Sin embargo, el efecto es que ablanda la resistencia psíquica de los encarcelados.

En términos de la retórica de esta parte creo que hay cierta explicación de por qué es que la gente colabora en las cárceles.  Ana Guadalupe siempre condena la colaboración, pero creo que nos explica la lógica de la colaboración y que es sumamente difícil no colaborar sobre todo porque ella está allí por seis meses.  Luego llega el momento en que ella misma colabora y da información que considera que es menos importante, pero aún así es una clara instancia de colaboración en que da la dirección de una casa en San Miguel considerado que los compañeros habían tenido el tiempo suficiente para dejar el lugar (112).  Más adelante sabemos que ella se critica fuertemente por esta colaboración mínima y parte de la razón que da por escribir su testimonio es aportar algo al ERP para que puedan reflexionar y mejorar el entrenamiento de los militantes.  “Mi libro es para que los jóvenes revolucionarios sean mejores de lo que yo fui”.  Narra los momentos de debilidad de ella y Marcelo (350-1).  Ella dice que deben de preparar los militantes para el detenimiento como si fuera una segunda etapa, sólo que individual, de la lucha armada.  Lo que noto es que la colaboración es un asunto muy ambiguo en el testimonio.  Por una parte  el testimonio de Ana Guadalupe explica, como mencioné, que la colaboración es común y que es casi imposible no colaborar.  Sin embargo, al final (en el capítulo 40 “si llegaras a caer preso, camarada”) recalca los estándares bolcheviques de disciplina indoblegable del ERP de no colaborar para nada (117) (129).

Otro asunto interesante es que las guardias se valen de los conflictos internos de la izquierda FPL ERP (172-173).  Ana Guadalupe también describe la división de la derecha; entre los oligarcas y los burgueses sobre asuntos como la reforma agraria.  También narra la captura de Lil Milagros; el ERP no la pide cuando piden a Ana Guadalupe porque supuestamente no sabían que estaba presa porque era del RN.

Hay una parte en que ella describe lo que Roberto Poma dijo en sus últimos días y me pareció chocante lo muy poco ético de esta parte del testimonio.  Me sorprende el tono del testimonio cuando capturan a Poma.  Hay un desprecio total hacia Ricardo Poma, que llega como parte de la negociación para liberar a su hermano, y Martínez hasta describe como las guardias se alían en contra de los Poma.  Por otra parte, no me parece para nada ético como Ana Guadalupe Martínez utiliza los testimonios de los otros guerrilleros para hablar por Roberto Poma. La manera en que lo presentan es como si fuera un gigante vencido que ofrece hasta su mujer y sus hijos para sustituirlo (452).  Por otra parte recalcan la idea de culpar la víctima de una manera tan ofensiva.  Le dicen a Roberto Poma que si él no hubiera luchado estaría sano; es su culpa si está herido y dicen que Roberto Poma lo reconoció y lo aceptó, pero a mi parecer este razonamiento no tiene lógica, no tiene sentido.  Es como si a una mujer le pegan y luego la culpan a ella por las heridas por no dejarse vencer sin menos lucha (452).  Como parte de la reflexión Martínez dice que mejor hubieran traído algún calmante para administrarle a Poma para dominarlo para evitar la lucha que se dio en el Minivan.

En fin, me da mucha tristeza leer este testimonio porque me da muy pocas esperanzas de que en algún momento pueda haber reconciliación en el país.  Para mi, ambos son culpables de igual forma.  No estoy de acuerdo con la vía armada de la izquierda ni con la represión de la derecha.  Cárceles clandestinas habían en los dos campos como vemos aquí con el caso de Ana Guadalupe Martínez que estaba en las cárceles clandestinas de la Policía Nacional, pero Roberto Poma también terminó en una cárcel clandestina alquilada de Planes de Renderos donde murió de las heridas que sostuvo en su secuestro.  Quizás lo mejor de este testimonio es que no resuelve nada para mí, me deja con una ambigüedad dolorosa.

Apuntes sueltos:
En el capítulo 41 ella pone una mapa de la Policía Nacional y lo busqué en google maps y veo que todavía está en el mismo lugar.  Esto es interesante si pensamos en cómo otros países han convertido estos lugares en espacios de memoria.

Al final menciona que le escribe una carta a la mamá de Poma para darle a saber cómo fue la muerte y que no fue su intención que se muriera

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