Este es un testimonio de 456 páginas y
de 43 capítulos y un epilogo. El libro
circula en la clandestinidad antes de ser publicado por la UCA en 1992. La circulación clandestina ayuda a entender
la función del libro como una reflexión sobre el encarcelamiento, la
colaboración y el secuestro de Poma.
Todavía están en un momento de guerra y revolución y es una reflexión
crítica cuya meta es didáctica para que sus compañeros aprendan de lo que le
sucedió en la cárcel.
La primera parte de testimonio narra
la captura de Ana Guadalupe Martínez y luego describe el tiempo en las cárceles
clandestinas de la Policía Nacional de San Salvador. Las primeras cien páginas se dedican a
describir el ambiente de inseguridad y las condiciones miserables de los militantes
en las cárceles clandestinas. El tono a
lo largo del libro es militante, no pierde la esperanza en la vía armada,
incluso diría que su experiencia fortalece su compromiso con la vía
armada. Dice, por ejemplo, que entiende
la necesidad de armarse cuando la secuestran y se siente incapaz de protegerse
(27). Algo que me sorprende es que cae
por la traición y colaboración de uno de sus compañeros; la entrega Juan José
Yánez (Valle). Esta tensión del asunto
de la colaboración está presente a lo largo del libro.
En la primera parte, Ana Guadalupe se
preocupa por las técnicas que tienen la policía nacional para obtener
información porque se da cuenta de que saben información muy detallada del ERP
y toda esta información tienen que haberla sacado de militantes torturados. Describe por lo menos una sesión de tortura
eléctrica que le dan, pero también describe medicamentos que deprimen la
corteza cerebral que dan para que la gente colabore como, por ejemplo, el
pentotal y el suero de la verdad (46).
Más adelante cuenta que el suero de la verdad es sumamente dañino y
describe un hombre desgastado por cinco administraciones del suero. La violación y el acoso sexual son otras
formas de tortura que describe y dice que esto es una amenaza constante para
las mujeres encarceladas. Describe por
lo menos una violación. En las sesiones
de interrogación les preguntan información acerca de la organización del grupo
y también sobre los secuestros de gente de la oligarquía. Preguntan por ejemplo si Ana Guadalupe
participa en el secuestro de Escobar Vides (62). El capítulo cinco se enfoca en las salidas y
en la incertidumbre de no saber a dónde la llevan. Era parte de la tortura psíquica para
ablandar y hacer que colaboraran. Algo
interesante que noto es que hay algo performático de la tortura y del encarcelamiento. Por ejemplo, Castillo siempre se hace el
bueno y la llevan cuando él no está a otro lugar para que la torturen. Luego, el dice que no autorizó la
tortura(116) Otras de las guardias le
dicen que la llevan a ciertos lugares o la asustan pero todo es parte del
drama. Muchas veces no pasa a más. Sin embargo, el efecto es que ablanda la
resistencia psíquica de los encarcelados.
En términos de la retórica de esta
parte creo que hay cierta explicación de por qué es que la gente colabora en
las cárceles. Ana Guadalupe siempre
condena la colaboración, pero creo que nos explica la lógica de la colaboración
y que es sumamente difícil no colaborar sobre todo porque ella está allí por
seis meses. Luego llega el momento en
que ella misma colabora y da información que considera que es menos importante,
pero aún así es una clara instancia de colaboración en que da la dirección de
una casa en San Miguel considerado que los compañeros habían tenido el tiempo
suficiente para dejar el lugar (112).
Más adelante sabemos que ella se critica fuertemente por esta
colaboración mínima y parte de la razón que da por escribir su testimonio es
aportar algo al ERP para que puedan reflexionar y mejorar el entrenamiento de
los militantes. “Mi libro es para que
los jóvenes revolucionarios sean mejores de lo que yo fui”. Narra los momentos de debilidad de ella y
Marcelo (350-1). Ella dice que deben de
preparar los militantes para el detenimiento como si fuera una segunda etapa,
sólo que individual, de la lucha armada. Lo que noto es que la colaboración es un
asunto muy ambiguo en el testimonio. Por
una parte el testimonio de Ana Guadalupe
explica, como mencioné, que la colaboración es común y que es casi imposible no
colaborar. Sin embargo, al final (en el
capítulo 40 “si llegaras a caer preso, camarada”) recalca los estándares
bolcheviques de disciplina indoblegable del ERP de no colaborar para nada (117)
(129).
Otro asunto interesante es que las
guardias se valen de los conflictos internos de la izquierda FPL ERP (172-173). Ana Guadalupe también describe la división de
la derecha; entre los oligarcas y los burgueses sobre asuntos como la reforma
agraria. También narra la captura de Lil
Milagros; el ERP no la pide cuando piden a Ana Guadalupe porque supuestamente no
sabían que estaba presa porque era del RN.
Hay una parte en que ella describe lo
que Roberto Poma dijo en sus últimos días y me pareció chocante lo muy poco
ético de esta parte del testimonio. Me
sorprende el tono del testimonio cuando capturan a Poma. Hay un desprecio total hacia Ricardo Poma,
que llega como parte de la negociación para liberar a su hermano, y Martínez
hasta describe como las guardias se alían en contra de los Poma. Por otra parte, no me parece para nada ético
como Ana Guadalupe Martínez utiliza los testimonios de los otros guerrilleros
para hablar por Roberto Poma. La manera en que lo presentan es como si fuera un
gigante vencido que ofrece hasta su mujer y sus hijos para sustituirlo
(452). Por otra parte recalcan la idea
de culpar la víctima de una manera tan ofensiva. Le dicen a Roberto Poma que si él no hubiera
luchado estaría sano; es su culpa si está herido y dicen que Roberto Poma lo
reconoció y lo aceptó, pero a mi parecer este razonamiento no tiene lógica, no
tiene sentido. Es como si a una mujer le
pegan y luego la culpan a ella por las heridas por no dejarse vencer sin menos
lucha (452). Como parte de la reflexión
Martínez dice que mejor hubieran traído algún calmante para administrarle a
Poma para dominarlo para evitar la lucha que se dio en el Minivan.
En fin, me da mucha tristeza leer este
testimonio porque me da muy pocas esperanzas de que en algún momento pueda
haber reconciliación en el país. Para
mi, ambos son culpables de igual forma.
No estoy de acuerdo con la vía armada de la izquierda ni con la
represión de la derecha. Cárceles
clandestinas habían en los dos campos como vemos aquí con el caso de Ana
Guadalupe Martínez que estaba en las cárceles clandestinas de la Policía
Nacional, pero Roberto Poma también terminó en una cárcel clandestina alquilada
de Planes de Renderos donde murió de las heridas que sostuvo en su
secuestro. Quizás lo mejor de este
testimonio es que no resuelve nada para mí, me deja con una ambigüedad
dolorosa.
Apuntes sueltos:
En el capítulo 41 ella pone una mapa
de la Policía Nacional y lo busqué en google maps y veo que todavía está en el
mismo lugar. Esto es interesante si
pensamos en cómo otros países han convertido estos lugares en espacios de
memoria.
Al final menciona que le escribe una
carta a la mamá de Poma para darle a saber cómo fue la muerte y que no fue su
intención que se muriera
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